diumenge, de juny 11, 2006

Provocaciones

El pasado jueves, EE.UU. anunció que había matado a Al Zarqaui, el número dos de Al-Qaeda, en un bombardeo sobre su casa. La madrugada del viernes, Israel mató al número dos del Ministerio del Interior de Palestina, Abu Samhadana.
Es extraño que el país que “abandera” las democracias occidentales, sabiendo dónde se encuentra un terrorista, decida matarlo. ¿Cobardía o provocación? Ambas. Si realmente los EE.UU. fuesen el Estado Democrático que pretenden ser, hubiesen detenido a Al Zarqaui i le hubiesen llevado ante un tribunal internacional que le juzgará y le condenase a cadena perpetua. EE.UU. ha preferido matar. ¿Qué diferencia hay entre este asesinato y otro planeado por Al Zarqaui? Ninguno, sólo el emisor y el receptor. Lo que está llevando a cabo EE.UU. en Irak es un terrorismo de Estado, del que todos somos culpables. Ni la UE ni la ONU ni ningún gobierno (excepto algunos árabes) han condenado este asesinato. ¿Qué es peor un terrorista en la cárcel o un mártir? Un mártir, creo.
Por otro lado, el viernes Israel mató a Samhadana, jefe de seguridad del gobierno de Hamás. Este atentado se produjo en un contexto en el que Abbas y Haniyeh negociaban un posible reconocimiento del Estado de Israel. Además, el grupo terrorista Hamás no atentaba en Israel debido a la tregua anunciada en marzo. Israel decidió matar y provocar el fin de la tregua islamista. ¿El motivo? Israel prefiere que Hamás no le reconozca ya que, así, va a poder establecer las fronteras definitivas unilateralmente. En cambio, el reconocimiento palestino podría forzar al gobierno judío a negociar esas fronteras.
Ambos atentados se pueden enmarcar en un Terrorismo de Estado violento y que ya perdura demasiado. O paramos este terrorismo entre todos (gobiernos, instituciones internacionales, organizaciones, etc.) o lo acabaremos pagando.